La generación que nació los años 80-90 parece conocer una dificultad real para entender qué es el Amor, el Verdadero, y para tejer relaciones amorosas duraderas. La búsqueda del sexo unida a la de la pareja perfecta está haciendo estragos, en ese momento en que todo parece posible gracias a Tinder, oa los numerosos sitios y aplicaciones de citas que marcan nuestra vida cotidiana. ¿Podemos amarnos todavía hoy?
Antes de continuar con el post te quiero dejar con tres webs de citas que a mi me han funcionado muy bien, tienen registro gratuitos y todos los perfiles son reales, pruébala la que mas se ajuste a tu perfil y me cuentas en los comentarios ¿Qué te parece?
Encuentra la mejor pareja
El treinta hoy parece fascinar a investigadores, cineastas y escritores, que los ven como un tema de estudio especialmente interesante. Estos jóvenes (y no tan jóvenes) parecen atrapados en una nueva situación, o la búsqueda del amor es permanente y durante las cuales una serie de reuniones o escenas de sexo parecen la norma.
Pasar varias horas a la semana desplazándose por los perfiles de aplicaciones de citas famosas parece mucho más lógico que coquetear en un bar, de la forma tradicional, o al menos en la antigua.
Tal y como explica en Madame LeFigaro sobre su última película Dos yo – que cuenta con 2 treinta años perdidos en su vida amorosa – Cédric Klapisch ha querido entender si el amor en la época de las redes sociales era tan fácil como parecía.
Por supuesto, la respuesta es no, pero lo que se cuestiona no es tanto la facilidad para encontrar socios, sino los deseos y expectativas de los solteros de esa generación que parecen alejados de los de sus antepasados. ¿Cómo encontrar el amor cuando no sabes lo que es?
Una búsqueda interminable en la que todo parece posible
Desde hace varios años, los franceses favorecen las citas online, que parece que les ofrecen un océano de posibilidades románticas. No es complicado encadenar reuniones, reuniones en torno a un café, incluso partes de piernas en el aire. Desgraciadamente, esto a menudo no conduce a nada concreto!
¿Cuál es el problema? La elección! El abanico de posibilidades que se abren les empuja a estos jóvenes a decirse constantemente que podría haber mejor en otro sitio. Algunos ni siquiera logran aprovechar una cita, ya que ya lo tienen pensado su vecino fechado, cuando los demás ni siquiera aparecen. Esto es lo que relata Judith Duportail en su libro Amor bajo algoritmo, dentro del cual se explica especialmente esta impresión de ser sólo una segunda opción, una alternativa por falta de una mejor que se abandonará cuando se presente otra.
Lo mejor puede ser físico (muy a menudo), aunque en ocasiones es una persona un poco más cercana a las expectativas psicológicas iniciales. En todos los casos, la preocupación es la misma: el bachiller busca la perfección y lo sabemos, ella no es de este mundo.
Este deseo de encontrar a la pareja perfecta no viene de la nada, para una generación que sacudió a los playoffs y comedias románticas, que ha visto a sus héroes favoritos embarcarse en historias románticas complicadas, pero bellas y románticas con hombres y mujeres magníficos. Puede parecer un tópico, pero cómo deshacernos de estos elementos con los que hemos crecido, sobre todo cuando internet y las nuevas tecnologías permiten teóricamente reivindicar este tipo de historias.
La preocupación es que se traduzca en una modificación real de la percepción del amor y una dificultad para asumir o revelar sus sentimientos.
Ya no asume la emoción
Hablando con treinta años en las grandes ciudades como París, Lyon o Marsella, ya no nos sorprende el gran número de solteros entre ellos, que asumen sin dificultades. su plan travieso repetidamente o las muchas conquistas virtuales y después reales que animan sus vidas. Hablamos de sexo, tanto para hombres como para mujeres, pero el amor parece ser tabú.
Decir Te quiero y hablar de emociones sinceras se ha vuelto difícil, en todo caso mucho más difícil que hablar del placer que se siente con tal pareja, o del físico de tal o cual conquista. Y la sociedad parece haber moldeado este comportamiento, si nos creemos algunos especialistas.
Estamos presumizados felicidad perfecta que aparecería como parte de una vida matrimonial armoniosa, con una persona hermosa, una profesión respetable, y que cada individuo debería poder alcanzar hoy, porque hay mil formas de hacerlo. Si no lo hacemos, estamos una declaración de fracaso y tenemos ese miedo a ser juzgados por los demás.
Esto lleva a un comportamiento reservado, que impide que una sola persona exprese realmente sus sentimientos o emociones, por miedo a parecer débil, demasiado sensible o fuera de ese marco de felicidad. Peor, el miedo a ser rechazado por el otro, en el que vemos a una pareja de calidad, paraliza hombres y mujeres, que prefieren refugiarse en el sexo o la fuga.
En una época en la que los tabúes son grandes y es difícil compartir opiniones que se apartan de las aceptadas por la masa, los años treinta deben conseguir, pues, cumplir sus deseos, ignorando las convenciones sociales actuales. ¿De aquí a reinventar el modelo de amor, para que les convenga?
Demasiada libertad e insatisfacción crónica en los años treinta
Antes ni siquiera de intentar averiguar qué buscan realmente, los solteros actuales de entre 25 y 35 años deben entender que el amor es una emoción personal, que no debe ser dictada por Instagram, Tinder o Adopta un chico. Si estos métodos de citas pueden verse como una ventaja, o al menos como un acelerador (a pesar del 50% de las mentiras), son sólo una forma más de ponerse en contacto.
Por tanto, las emociones se tendrán que asumir! Si sentimos una atracción particular por el otro, si nos intrigan o nos fascinan, si nos imaginamos por un momento vivir una historia hermosa en su compañía, debemos ir a buscarla y no contarnos. sí, pero si sigo desplazándome por los perfiles, quizás…
Insatisfacción crónica usuarios de aplicaciones de citas es la causa de demasiadas opciones, pero también de ese miedo a ser considerados débiles por otros que diviértete, Quién conocer mucho, en oposición a la persona en una relación que, si no muestra la felicidad perfecta, parece estar atrapada en una rutina aburrida. Excepto cuando se mire más de cerca, las parejas felices son estables y, sin duda, no envidian a los que deben hacerlo. gustando y esperan los partidos en su smartphone para sentirse querido.
En cada época, los amantes se han enfrentado a trastornos, al paso de trabajos de casa con un hombre decisor y un ama de casa, a la de la pareja donde las tareas eran más compartidas, y quizás lo somos hoy. en una nueva etapa. La treintena actual podría decidir volver a aprender a amar como en el pasado, o por el contrario, liderar una búsqueda interminable para encontrar a la persona ideal, para hacer coincidir con la idea de la relación perfecta.
Veremos en los próximos años si la sociedad está pasando por una crisis de pareja o, por el contrario, los treinta años han encontrado la respuesta a sus preguntas actuales.
No quiero terminar sin volver a recomendaros las que para mis son las mejores webs de citas en las que podemos estar a día de hoy.